ROBAFAVES
Robafaves de Mataró es un gigante de rostro robusto, alto y grande, con una indumentaria de guerrero medieval (casco, capa, cota de malla, espada...), que se inspira en la figura y el carácter del rey Jaume I el Conquistador. En el pecho luce tres o cuatro medallas, según la ocasión, y en la mano izquierda lleva un pergamino (en el cual se explica la leyenda de su nombre), mientras que, con la derecha, se coge la capa. Robafaves es el cabeza de la família Robafaves y uno de los gigantes de Mataró més estimats.
La construcción del actual Robafaves fue encargada a Josep Maria Diamant y Montañés en 1964, quién creó nuevos volúmenes de poliéster para reducir el peso y mejorar la resistencia.
El año 1984 el Ayuntamiento de Mataró aprueba una nueva reglamentación, y consignan los Gigantes como parte del patrimonio público de la ciudad y de su representación institucional, es por eso que se lleva a cabo un importante proceso de innovaciones en el aspecto de las figuras. Robafaves pasa por el taller del solsonense Manel Casserres que mantiene las estructuras metálicas pero hace una remodelación completa del aspecto volviendo a utilizar el cartón para la cabeza y las manos, sin dejar del todo la fibra de vidrio. También se hace un nuevo vestuario recordando el estilo de los años 50 de la mano de Llorenç Illa a pesar de que en 1992 el mismo Manuel Casserres renueva el vestuario de nuevo.
El año 2014 el Ayuntamiento de Mataró renueva el vestuario del Robafaves de la mano de Manuel Casserres, que opta por una línea de vestuario continuista, sin grandes cambios.
Robafaves baila al sonido de “flabiolaires” en los pasacalles y las dormidas. En “la Dormida”, Robafaves baila con Geganta "La Masurca", repertorio del “flabiolaire” Quirze Perich. Después, baila junto con Geganta, Toneta y Maneló "El Baile de Cuatro" de Carles Arabia. Todos los bailes son coreografía de Montserrat Calsapeu.
Actos en que participa: Robafaves participa en la mayoría de actos de Les Santes de Mataró, Fiesta Mayor de Mataró; La Crida, el Desvetllament Bellugós, l’Anada a Ofici, La Passada, Anada a la Residència Sant Josep, el No n’hi ha prou, l’Anem a tancar y también sale para la Diada de Sant Jordi.
La leyenda de en Robafaves de Mataró
Una vez los gigantes de Mataró fueron a bailar a Argentona y una vez acabada la fiesta, volviendo hacia casa, los portadores se enamoraron de unas habas preciosas que verdeaban en un campo cercano a la carretera. No pudieron resistir la tentación de cogerlas, abandonaron las figuras en medio del camino y se tiraron al campo para robar una buena cantidad de habas, que escondieron bajo la falda del gigante. Pactaron con el “flabiolaire” y le dijeron que irían a medias, pero que no los descubriera. A la entrada de Mataró, una panda de jovenes rodearon la gigantesca pareja y, con mucha insistencia, les pidieron que bailaran. Los portadores se resistieron porque con la sobrecarga que traían de habas, no podían bailar. Una autoridad que se encontraba cerca los hizo bailar y mientras bailaban, con las sacudidas, las habas cayeron al suelo. La admiración y la broma fueron tan grandes que desde entonces, al pobre gigante, que no tenía culpa de nada, le quedó el nombre Robafaves.